Breve resumen de todos los temas tratados:
Se definieron las competencias necesarias para ser un buen traductor de ciencias sociales y humanidades, entre las que se destacan (además del evidente dominio de la lengua extranjera) la curiosidad intelectual y la habilidad lectora.
· Se habló de las condiciones materiales del trabajo del traductor, cuyos ejes más conflictivos son el tiempo disponible para trabajar, los honorarios y el acceso al material de consulta.
· Se manifestó la necesidad de defender el estatuto del traductor como intelectual (ante la prensa y los editores, pero también ante los mismos traductores).
· Se diagnosticó una “falta de estímulos” general para que los jóvenes más capaces se vuelquen a la traducción literaria.
· Se mostró preocupación por la falta de idoneidad en muchos editores o personas encargadas de dar libros a traducir.
· Se describió el proceso editorial desde la idea inicial para publicar un libro hasta su colocación en las librerías. La traducción es una parte más –con características especiales, por supuesto- dentro de este proceso.
· Se señaló la falta de contacto entre la industria editorial y las instituciones de enseñanza.
· Se comentó la falta de estudios académicos sobre la historia y la dinámica de la traducción en la Argentina.
· Se postuló la posibilidad de una “traducción de vanguardia”.
· Se recorrió paso a paso el proceso de “dar a traducir” un libro.
Se definieron las competencias necesarias para ser un buen traductor de ciencias sociales y humanidades, entre las que se destacan (además del evidente dominio de la lengua extranjera) la curiosidad intelectual y la habilidad lectora.
· Se habló de las condiciones materiales del trabajo del traductor, cuyos ejes más conflictivos son el tiempo disponible para trabajar, los honorarios y el acceso al material de consulta.
· Se manifestó la necesidad de defender el estatuto del traductor como intelectual (ante la prensa y los editores, pero también ante los mismos traductores).
· Se diagnosticó una “falta de estímulos” general para que los jóvenes más capaces se vuelquen a la traducción literaria.
· Se mostró preocupación por la falta de idoneidad en muchos editores o personas encargadas de dar libros a traducir.
· Se describió el proceso editorial desde la idea inicial para publicar un libro hasta su colocación en las librerías. La traducción es una parte más –con características especiales, por supuesto- dentro de este proceso.
· Se señaló la falta de contacto entre la industria editorial y las instituciones de enseñanza.
· Se comentó la falta de estudios académicos sobre la historia y la dinámica de la traducción en la Argentina.
· Se postuló la posibilidad de una “traducción de vanguardia”.
· Se recorrió paso a paso el proceso de “dar a traducir” un libro.