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JORNADAS DE FORMACIÓN
29, 30 y 31 de agosto del 2007

El libro traducido: Práctica

profesional para traductores

Tras una convocatoria exitosa se confirma el interés por contar con espacios de diálogo como este. El entusiasmo y la calidad de las intervenciones, las herramientas concretas ofrecidas para un diagnóstico de la situación, las propuestas de trabajo que surgieron y el tono amable —pero no por eso indulgente— que se mantuvo a lo largo de los tres días, sientan las bases para un trabajo futuro exitoso.

Breve resumen de todos los temas tratados:

 

        Se definieron las competencias necesarias para ser un buen traductor de ciencias sociales y humanidades, entre las que se destacan (además del evidente dominio de la lengua extranjera) la curiosidad intelectual y la habilidad lectora.

·                  Se habló de las condiciones materiales del trabajo del traductor, cuyos ejes más conflictivos son el tiempo disponible para trabajar, los honorarios y el acceso al material de consulta.

·                  Se manifestó la necesidad de defender el estatuto del traductor como intelectual (ante la prensa y los editores, pero también ante los mismos traductores).

·                Se diagnosticó una “falta de estímulos” general para que los jóvenes más capaces se vuelquen a la traducción literaria.

·                  Se mostró preocupación por la falta de idoneidad en muchos editores o personas encargadas de dar libros a traducir.

·                 Se describió el proceso editorial desde la idea inicial para publicar un libro hasta su colocación en las librerías. La traducción es una parte más –con características especiales, por supuesto- dentro de este proceso.

·                  Se señaló la falta de contacto entre la industria editorial y las instituciones de enseñanza.

·                  Se comentó la falta de estudios académicos sobre la historia y la dinámica de la traducción en la Argentina.

·                  Se postuló la posibilidad de una “traducción de vanguardia”.

·                  Se recorrió paso a paso el proceso de “dar a traducir” un libro.

              Se definieron las competencias necesarias para ser un buen traductor de ciencias sociales y humanidades, entre las que se destacan (además del evidente dominio de la lengua extranjera) la curiosidad intelectual y la habilidad lectora.

·                  Se habló de las condiciones materiales del trabajo del traductor, cuyos ejes más conflictivos son el tiempo disponible para trabajar, los honorarios y el acceso al material de consulta.

·                  Se manifestó la necesidad de defender el estatuto del traductor como intelectual (ante la prensa y los editores, pero también ante los mismos traductores).

·                  Se diagnosticó una “falta de estímulos” general para que los jóvenes más capaces se vuelquen a la traducción literaria.

·                  Se mostró preocupación por la falta de idoneidad en muchos editores o personas encargadas de dar libros a traducir.

·                  Se describió el proceso editorial desde la idea inicial para publicar un libro hasta su colocación en las librerías. La traducción es una parte más –con características especiales, por supuesto- dentro de este proceso.

·                  Se señaló la falta de contacto entre la industria editorial y las instituciones de enseñanza.

·                  Se comentó la falta de estudios académicos sobre la historia y la dinámica de la traducción en la Argentina.

·                  Se postuló la posibilidad de una “traducción de vanguardia”.

·                  Se recorrió paso a paso el proceso de “dar a traducir” un libro.